Nicolás Durán de la Sierra
Los próximos días serán difíciles en Palacio Nacional y no sólo por los amagos de Donald Trump, sino porque la presidenta Claudia Sheinbaum tiene muchos frentes abiertos y es difícil que, aun imponiéndose, su imagen no salga lastimada, para decirlo con finura. La revuelta codiciosa de los Verdes y el lío con el magisterio por la errática reforma a ley del Issste, son dos de ellos.
Desde luego que no se ha dicho aun la palabra final en estos temas y que es previsible que se modifique la reforma a la dicha ley, que el magisterio en pie de lucha no es un problema menor; más allá aun de los trafiques camarales que de hecho burlaron la iniciativa contra la reelección y el nepotismo, ya de por sí endeble, salta a la vista el gran desgaste político presidencial.
La burla en el senado a la iniciativa contra la reelección y el nepotismo, un mero cascarón, fue tomada por el Partido Verde como un triunfo político que les garantiza que tanto San Luis Potosí como Quintana Roo sigan siendo sus franquicias. De ese nivel estuvo la discusión senatorial, según los debates abiertos. No es la primera vez que se habla de una Quinta Columna en Morena.
Otro frente abierto para la presidenta son Morena y sus veleidades, sus maniobras para cobijar a sujetos de la ralea de Miguel Ángel Yunes, de Veracruz, y Alejandro Murat, de Oaxaca, dan idea de la crisis que se gesta en el partido guinda, crisis que ha venido creciendo con el tiempo en todo el país y el Estado no es la excepción. “ya no queremos ser verdes”, alegan aquí los guindas.
La historia nos enseña que los caudillos no construyen partidos y Morena, vaya paradoja siendo un partido de Estado -lo es por definición- está edificando apenas su base ideológica. “Primero los pobres”, aunque suene de izquierdas, no es un andamiaje político. Se trata de un frente al que no se le ha dado la suficiente atención y eso se verá en las próximas elecciones.
Por otra parte, para colofón de los frentes abiertos, la presidenta Sheinbaum se pronunció por acabar con la operación de Aguakán en el norte de Quintana Roo, y dejó entrever que lo mejor sería -nótese- no privatizar de nuevo el servicio, sin embargo se habla de un par de empresas interesadas: grupo Concesiones Integrales, de Jorge Hank Rohn, que opera en Puebla, y la española Acciona, que opera en Oaxaca.
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