Alejado del boato habitual, pues tuvo como escenario el bulevar de Chetumal, el de Mara Lezama fue un informe austero en su forma, pero no en su contenido. El relato de lo realizado durante su primer año de gobierno fue a pie de calle, popular, y esto acusa una de las diferencias de su administración con las que le antecedieron; ello fue, en sí mismo, un adelanto de su mensaje político.
Dentro de su discurso, un punto que resaltó y resalta es la disminución de la miseria en el Estado. En sólo doce meses, cien mil personas dejaron la pobreza extrema –poco más del 50% del volumen estimado- y en términos reales la pobreza media se redujo casi 20 puntos, al pasar del 47.5% a solo el 27%. No se trata de un hecho menor. Primero los pobres, en la práctica.
De la mano de estas cifras, de manera complementaria, se destacó la inversión en la salud pública, un área en especial olvidada en los últimos años. La disposición de caravanas médicas para la atención de casi 800 mil habitantes sin asistencia oficial, resalta su compromiso en la materia. Se trata, nada menos, de cerca del 40% de la población total del Estado.
Aunque amplio y detallado fue el discurso del avance de su administración, los aspectos citados dan pauta del pensamiento social de Mara Lezama, del rumbo de su gestión. Rindió su informe a la gente, en un espacio de la comunidad, sin los aires cortesanos de otros tiempos. “Es una nueva forma de concebir el poder, que ahora es del pueblo y para el pueblo”, apuntaría después en su mensaje político
Queda un largo camino para que Quintana Roo alcance un estadio de “prosperidad compartida”, para recuperar la seguridad ciudadana y la igualdad de oportunidades, claro, pero se avanza en ese sentido, se comienza a dejar atrás la inmovilidad social que privara hasta hace poco y ello es, en sí mismo, un gran logro en solo un año de gobierno.
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