Por Julian Santiesteban
La Cuarta Transformación Republicana (4T) en Quintana Roo tiene dos notables exponentes acusados de asesinato, ambos con procesos de investigación abiertos y con “un pie” en la cárcel; por cierto, ambos son representantes del Partido del Trabajo (PT) y, para evitar la contaminación general, lo más pertinente debiera ser el posicionamiento público de deslinde, considerando además las ya muy conocidas campañas mediáticas desplegadas en contra del ahora ex presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y los “hashtags” de “narco gobierno” y “narco presidente.”
En lo local no retumba el tema, sobre todo, porque la administración de la gobernadora, Mara Lezama Espinosa, ha sido la encargada de evidenciar esta podredumbre, específicamente en el PT. Primero, con el dirigente taxista de Tulum, Eleazar Sagrero Ordóñez, quien fuera detenido a finales de agosto del presente año, acusado de 4 asesinatos y tentativa de homicidio (por lo cual aun se encuentra sujeto a proceso) y, más recientemente, en el Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo, de Cancún, cuyo dirigente electo a mediados de este mismo año y electo a la vez diputado local, Rubén Carrillo, está -hasta ahora- indirectamente vinculado al asesinato de otro integrante de ese gremio, pero fue detenido a quien dejara él de interino en la agrupación. Es decir, la acusación no es directa, pero le alcanza por la vinculación evidente y las evidencias encontradas en las mismas oficinas gremiales: Balas, sangre de diversas víctimas y drogas.
Si a lo político entramos, habría que comenzar cuestionando quién decidió, en el PT, que las candidaturas se entregaran a los sindicatos de taxis. ¿fue acaso el dirigente nacional, Alberto Anaya Gutiérrez, quien -supuestamente estaría el próximo fin de semana en Quintana Roo? ¿fue acaso, un acuerdo “cruzado” con Morena y el Partido Verde Ecologista (PVE) para alcanzar votos en la elección del 02 de junio pasado, a cualquier costo? Cualquiera que sea el escenario y, por niveles de responsabilidad, deberán pagar, primero, los que les prestaron “el membrete” para ser candidatos, tanto a Sagrero como a Carrillo, y, luego, la 4T en su conjunto, si es que no se desmarca del tema…porque hasta ahora, todo es silencio.
Ahora bien, hay quien, por estas horas, sueña con “oposiciones” que se levantan y actores políticos que “reviven”, pero en estricto sentido, no pasará. En el mejor de los casos (y aunque sean el peor de los ejemplos, los regímenes totalitarios), se tratará de una “purga” interna, la cual permitirá, en lo local, deshacerse de compromisos y personajes que, creyendo que tienen un valor político superior, exigen posiciones que no merecen; y, a nivel nacional, ir avanzando en el surgimiento de otros tantos, con los mismos objetivos. Recuérdese que, para enero del 2025, nuevos partidos nacionales podrán buscar el registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE); ahí es la oportunidad de que otras fuerzas políticas aporten, en el 2027, que dio el PT en las elecciones de este año y, en a nivel de las entidades federativas, básicamente lo mismo.
Hay, sin duda, excepciones racionales en el PT, en Quintana Roo, como el legislador Hugo Alday Nieto, quien, aun con los desencuentros públicos que puedan aducirse, representa en lo local esa oposición que aporta y que no aprueba a “pie juntillas”, como -le gusta- suele pasar en los regímenes, cuya mayoría es indiscutible. Pero regresando al tema de origen, hay un problema, no sólo de legitimidad, sino de legalidad. No perdamos de vista el tema. Hay un cuestionamiento de fondo: La 4T ha cobijado a lo mejor y lo peor y, en lo malo, protege a muy probables criminales. Cierto, no es nueva la “delincuencia de Estado”, pero esta “etapa republicana” dice y se comprometió a ser diferente.
En recapitulación, la “purga” del PT -tema al cual ya se había referido el escribiente hace algunos meses-, parece, está en marcha a nivel nacional, pero en lo local (entiéndase Quintana Roo) es obligada. Sus votos, por muy importantes que parezcan ahora, no diluyen la mayoría calificada fácil de alcanzar (considerando, también, lo “comprable” de cuatro votos opositores).
Aun más, considerando que la estrategia de seguridad, de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, y el secretario, Omar García Harfuch, está en operación en Quintana Roo, comenzar “por casa” es el mejor ejemplo de demostrar que, en el “segundo piso de la 4T”, habrá inteligencia, pero también se abandonarán los “abrazos”, pero no necesariamente se sustituirán por los “balazos”, sino por “tiros de precisión”, esa es inteligencia efectiva. Al tiempo.
COMENTARIO MORBOSO
Hablando de lo local, los 11 municipios quintanarroenses han realizado ya sus respectivas sesiones de Cabildo, para otorgar descuentos, en la temporada decembrina, en el Impuesto Predial. Lo bueno: para el/la ciudadano/a que paga a tiempo, es la oportunidad de pagar menos y, para los ayuntamientos, la oportunidad de contar con recursos para terminar el año fiscal y cumplir compromisos de nómina y otras prestaciones (aguinaldos, primas navideñas y demás).
Lo malo, es que todos han adoptado el esquema, de manera tal que, ni siquiera, intentan descubrir nuevas maneras de hacerse de recursos. La excepción, Bacalar, que otorgará subsidios especiales a todos aquellos que utilicen fuentes alternas de energía o “sistemas de energía” alternativos… dentro de todo lo anacrónico de ese municipio, acaba de sentar un precedente nacional. Bien por ello; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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