A Tiro de Piedra
Por Julian Santiesteban
Con la XVI legislatura, los quintanarroenses han conocido la cara real de la política local, esa que no logra ocultar el discurso del “cambio” o la “4T”, aquella donde los actores políticos pueden tener ideas encontradas, pero siempre que los intereses se mezclen, los acuerdos surgen. Lo único lamentable, es que las coincidencias ocurren en los temas que agravian a la sociedad. Este domingo y, a pesar del rechazo social manifiesto, los legisladores se reunieron para cambiar la fecha del inicio del proceso electoral 2021-2022, con la idea en mente de construir el camino para su reelección hasta por cuatro periodos.
¿Han modificado la Constitución local para regresar la exigencia de residencia para ocupar cargos públicos? No, ¿han hecho una revisión puntual del desempeño del secretario de Seguridad Pública y fiscal general? No; ¿han modificado la llamada “Ley Casitas” para que los espacios de vivienda dejen de construirse en condiciones infrahumanas? No, ¿lograron aplicar algún juicio político para sancionar las malas prácticas políticas del pasado? No; ¿por lo menos han frenado el endeudamiento público? No ¿Atendieron con suficiencia temas de sectores sociales como el feminista? ¿Han coadyuvado para que se investigue el “torcido” ejercicio de recursos en materia de salud, derivado de la contingencia? No, ¿Han vigilado la aplicación del gasto para que el presupuesto público genere condiciones de desarrollo? El lector tiene la respuesta ¿Crearon nuevos impuestos? Sí.
El más reciente, la concesión para la construcción de la Laguna Nichupté. Ese “aguakanazo” que es el primero heredado por la 4T, fue aprobado con un discurso engañoso, pues se afirmó que, en realidad, era un proyecto impulsado por el gobierno federal y porque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrados comprometió recursos. Pero al final, solo discurso, los recursos no llegaron y, Arturo Herrera Gutiérrez, el funcionario que en dos ocasiones visitó Quintana Roo y dijo que dinero habría, en menos de dos semanas dejará la Secretaría de Hacienda y Crédito Público SHCP).
Y temas hay muchos más, la modificación a la norma que regula la legítima defensa, la Ley de Movilidad. Pero el tema de “urgente y obvia resolución” que reunió a los legisladores este fin de semana, fue aprobar la fecha de inicio del proceso electoral local que desembocará el 05 de junio de 2022 y en que se renovará, precisamente, la legislatura y la gubernatura. ¿El tema de fondo? construir en las primeras semanas del siguiente periodo ordinario –a menos que convoquen a otro extraordinario- y hasta el 09 de octubre, la normatividad que les posibilitará reelegirse hasta en tres ocasiones consecutivas, durando con ello en el encargo 12 años. ¿El argumento? “homologar” con la legislación federal; argumento falso, pues para ello existe la libre configuración, tan es así, que una decena de entidades federativas determinaron aprobar entre una y dos reelecciones. ¿Qué mueve entonces a los diputados locales? Los intereses personalísimos. Ponerse “a modo” la norma, independientemente de que el litigio que aclarará si la ley ya les es aplicable, aún está pendiente.
Esta legislatura inició con mayoría de la 4T, en estricto sentido, debiera ser oposición; sin embargo, la historia reciente ha demostrado que, independientemente del “color” mayoritario, el Poder Ejecutivo se impone cuando y como quiere, sea porque no se entiende el rol que les toca desempeñar, o porque hay quien los sabe “motivar”; y ahora, pues decidieron “servirse con la del mole”; y desde el Ejecutivo, el silencio complaciente. ¿No fue un diputado del PRI el que presentó la iniciativa? ¿no fue apoyada por todas las fracciones parlamentarias? ¿y no en diciembre un diputado del PT –hasta entonces- el que presentó otra iniciativa para hacer una gubernatura de dos años, no hubo ahí “motivación” del “cambio? Sirva el desfogue del escribiente, sólo para poner en relevancia las prioridades de los diputados locales. Los anhelos ciudadanos, esos pueden esperar.
P.d. No olvide votar por ellos el próximo año.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito de apetitos personales y reformas sin sentido, en la semana echaron a andar un rumor en el sentido de que la legislatura pretende realizar más reformas electorales, entre ellas, que la siguiente gubernatura dure seis años, para que luego haya una de dos y, de esa manera, homologar con las elecciones presidenciales de 2030. el hecho resulta innecesario, porque la anterior reforma electoral de Quintana Roo estableció que la siguiente gubernatura durará cinco años, para que los comicios para elegir al décimo gobernador se realicen en el 2027. Además, la XVII legislatura durará tan sólo dos años, para empatar con las elecciones federales de 2024. ¿entonces qué caso tiene una nueva reforma electoral? Ninguno ¿qué mueve a los diputados locales para impulsar rumores y temas como ese? De nuevo, los intereses personales. El solo rumor para medir la reacción es mezquino pero, mientras no haya una ciudadanía más actuante, esos temas colocados en la agenda pública funcionarán siempre como el dicho que reza “el golpe avisa”, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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