Por Diana Alvarado
4 MARZO 2021.- Cada quien cosecha lo que siembra y hoy la regidora Perla Tun obtuvo los frutos del desprecio, desdén, altanería y humillaciones con que maltrató a colaboradores, empleados, subalternos, jefes, regidores, compañeros de su expartido, el PAN, y ciudadanos durante su tiempo como presidenta municipal de Cozumel.
Perla Tun intentó solicitar licencia para separarse de la regiduría a fin de contender nuevamente por la presidencia municipal abanderada por el Partido del Trabajo, para lo que se convocó al Cabildo de Cozumel a sesión extraordinaria pero solo ella y el regidor Fidencio Balam, así como el presidente municipal Pedro Joaquín y el secretario general Manuel Cota fueron los únicos asistentes. Ante la falta de quórum fue imposible aprobar dicha solicitud.
No fue ninguna sorpresa. Numerosas fueron las ocasiones en que hizo gala pública de su grosero despotismo y muchas también las veces en que se burló con descaro de regidores que osaban expresar sus puntos de vista en las sesiones de cabildo, incluso con actitudes que rayaban en la locura merecedoras de urgente atención psiquiátrica, como aquella ampliamente difundida en Redes Sociales en la que se la pasó jugando “gato” con Fidencio Balam mientras soltaba risas y mostraba muecas que le desfiguraban el rostro.
El gobierno municipal de Perla Tun no solo estuvo marcado por su personalidad descompuesta, malos modos y conductas erráticas y fuera de sus cabales, también fue una pésima administración para los ciudadanos que padecieron sus deficiencias administrativas, su ausencia de proyectos y de estrategias para la solución de las difíciles problemáticas de Cozumel.
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