Por Julian Santiesteban
Los hechos políticos de las próximas seis semanas y tres días marcarán profundamente el futuro de Quintana Roo, mucho más allá de la administración de Mara Lezama Espinosa, pues en lo local y nacional se reconfigurará la relación entre Poderes del Estado, se reconstruirán las bases del poder político y hasta la modificación de las normas electorales. El poder no sabe de humildad, no entiende de mesura, sólo de su ejercicio y control. Para los contrapesos está la oposición, cuya existencia, por estos días, luce incapaz de generar freno alguno en todo el país.
Por partes, el martes 03 de septiembre se instala la XVIII legislatura local, con una aplastante mayoría en la que, la oposición a la 4T tendrá, tan sólo, 3 de 25 diputaciones. Su rol será menos que testimonial de lo que ocurra. Aun así, en días anteriores se corrió el rumor de que habrá modificaciones a la Ley Orgánica del Poder Legislativo, para que una sola fuerza política lo presida durante el tiempo que dure la legislatura, a diferencia del mandato actual que hace rotativa la presidencia, entre los partidos con mayor cantidad de diputaciones.
Esa sería la primera reforma por venir. El profundo desequilibrio que hay actualmente, está dado por la constante modificación administrativa, no por la necesidad de control político -eso nunca lo ha perdido el Ejecutivo, sobre el Legislativo-. En consecuencia (ya ha opinado al respecto el escribiente), en los términos que se plantea, la reforma es innecesaria. Que se cambien las normas para designación de personal, que se instituya un servicio profesional de carrera, que los procesos se afinen. Eso es lo que hace falta, no un anacronismo abusivo y obsoleto. ¿por qué es esta la primera reforma? Porque tendría que convocarse ya a un periodo extraordinario de la saliente XVII legislatura, para que pueda ser aplicable a los siguientes diputados/as. Después, no tendría caso, por lo menos no para esta administración, que concluye en 2027.
La segunda reforma corre ya a la par de la primera, pero en el ámbito federal, y es la que modificaría la estructura del Poder Judicial, con evidentes consecuencias en lo local. Si ahora o después de septiembre, el Congreso federal aprueba esa modificación y los jueces y magistrados se eligen mediante voto popular, el “reinado” de Heyden Cebada Rivas habrá concluido también en Quintana Roo. Tendrá que postularse para que los habitantes de la entidad lo elijan -o no- para que permanezca en el cargo o habrá que elegir a alguien “más popular.” En cualquier caso, esa modificación mete a la administración de Mara Lezama Espinosa a un nuevo proceso de desgaste, pues en la real politik, nadie espera -o cree- que el Poder Ejecutivo se mantenga verdaderamente ajeno a lo que ocurra en el Judicial (como, evidentemente, no lo hace tampoco en el Legislativo).
Independientemente de los tiempos que se determinen en esa reforma ¿cuáles serán los argumentos de todo aquel que se postule? La impunidad supera el 90 por ciento y, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de los asuntos que ingresan cada año al Poder Judicial, se resuelve la mitad. Además, cuatro de cada diez reos no tienen sentencia y la impunidad medida supera el 85 por ciento -esto con base en expedientes iniciados, a lo que se sumarían los hechos no denunciados, pero es sólo estimativo-. Las reformas claro que urgen, pero no necesariamente las planteadas resolverán el asunto de fondo.
Y el tercer grupo de reformas que se ven en el horizonte inmediato tienen que ver con la manera en que se accede al poder, tanto en lo local como federal. Más allá de si hay en el corto plazo una nueva intentona por parte de la 4T nacional, por modificar al Instituto Nacional Electoral (INE), que, dicho sea de paso, no se antoja hasta ahora como prioridad para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en donde sí habrá cambios es en los tribunales electorales, tanto el federal como los locales. Primero, porque serán consecuencia de la reforma al Poder Judicial y, segundo, porque desde hace más de dos años, 17 entidades federativas -entre ellas Quintana Roo- tienen incompletos sus respectivos plenos.
La idea, según ha trascendido, tiene que ver con modificar el proceso de designación y remoción de magistrados en el Senado de la República, o de plano, la desaparición de las instancias estatales -que dicho sea de paso y tomando el ejemplo quintanarroense- en poco o nada contribuyen realmente a la certeza en los resultados electorales. Fortaleciendo las salas regionales, pudiera mejorarse la impartición de justicia, dicen. ¿Cuál es el problema inmediato? Que se regresa a la dinámica de elección directa. El Senado no ha sido precisamente atingente en la designación de magistraturas electorales, pero convertir esos espacios en cargos de elección popular, tampoco parece la solución. El Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), con su “sinuosa” actuación -siempre en favor del poder- es ejemplo claro de lo que debe cambiarse. La cuestión es que, la alternativa vista hasta ahora es igual de mala.
Las anteriores, son tan sólo la “punta del iceberg” en el reacomodo del poder, pero no son los únicos temas, ni nacionales ni locales. Hay, acaso, vías paralelas. En lo nacional, deberá reconstruirse el sistema nacional anticorrupción. En Quintana Roo, ese proceso ya ha iniciado con la conclusión de encargos de los funcionarios responsables. En el último tercio del 2024, deberán aprobarse los presupuestos, nacional y estatales. En ellos, podrán verse claramente las prioridades. No será raro que se destinen aun grandes cifras para la conclusión de proyectos ya en marcha como el Tren Maya. El verdadero reto para Quintana Roo será el presupuesto 2026, ya sin Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia, con los proyectos concluidos y con Claudia Sheinbaum Pardo en control del Ejecutivo Federal.
Pero, también, será ahora cuando se conozca el talante y legado de la primera mujer que gobierna Quintana Roo, pues en septiembre rendirá su segundo informe -de cinco-, y a partir del próximo año, ya en la segunda mitad de su gestión, comenzará a construir su salida y legado. La decisión será más que difícil, considerando lo alto de la vara que dejará y, los retos que deberá asumir quien la suceda. Las elecciones ya pasaron. El 01 de agosto, o sea, semana y media, diputados/as federales y senadores toman protesta; el 03 de septiembre, lo harán en el Congreso de Quintana Roo y el 30 del mismo mes, vendrán las tomas de protesta en los municipios. Ha iniciado la cuenta regresiva para la nueva era local y nacional.
COMENTARIO MORBOSO
En los próximos doce días habrá dos cambios político-administrativos de lo más interesantes, que permitirán hacer proyecciones sobre esa transición que ya se construye para el 2027: El relevo en la Secretaría de Finanzas y Planeación de Quintana Roo (Serfiplan) y el regreso -o no- de Marybel Villegas Canché, a la vida política, luego de concluir encargo en el Senado de la República.
Eugenio Segura Vázquez, actual titular de Sefiplan, tomará protesta como senador el jueves 01 de agosto. En estricto sentido, la que inicia, será la ultima semana completa que estará en su actual encargo; las especulaciones sobre si construye o no un proyecto político para la gubernatura de Quintana Roo en 2027 se desataron hace tiempo (nada de ello será posible, obviamente, sin el aval de quien toma esa decisión y actualmente despacha en el máximo cargo político local). Es fundamental quien sea su sucesor/a, para el cuidado que hasta ahora se ha tenido de las finanzas locales; pero también habrá que ver qué tanto se acelera la carrera sucesoria. En el discurso no habrá nada. La institucionalidad obligada. Y en el trabajo legislativo habrá que fijarse. Las iniciativas presentadas, la notoriedad nacional que se alcance. Pero insiste el escribiente, fijarse en los detalles.
Y ese primero de agosto de la próxima semana, también toma protesta -o no-, Elda Xix Euan, como diputada federal por el Segundo Distrito, que representa a la zona sur de Quintana Roo. El rumor que es que, inmediatamente después de protestar, solicitará licencia para que su suplente, Marybel Villegas Canché, asuma la representación y que la maestra de profesión vaya al gabinete estatal. Que le ofrecieron la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, pero ella quiere la de Educación. En realidad, irá a donde le instruyan, pero lo interesante es qué ocurrirá con la aun senadora y aspirante a la alcaldía de Benito Juárez. Sí, se puede representar al sur, aunque no se viva en esta región, no será la primera vez que ocurra con la 4T, pero que, luego de ello, se quiera volver a la aspiración de gobernar el norte, parece más que complicado.
La lectura en estas decisiones permitirá medir el “tejido fino” de quien toma las decisiones políticas, la capacidad de construir el futuro y apaciguar el presente. La idea de construir proyectos, o desbarrancar alguno de ellos; vaya vorágine de acontecimientos, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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