DIANA ALVARADO 19 AGOSTO 2021.- El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova, sostuvo que los problemas del país están en la pobreza, desigualdad impunidad, inseguridad y violencia “promesas incumplidas del cambio democratizador”, que afectan a la población y no una reforma electoral que advirtió, si es pensada con el estómago o consecuencia de rencores o enconos personales está destinada al fracaso y será inevitablemente regresiva.
“Nuestros principales problemas nacionales, no nos equivoquemos, están en otro lado, no en la materia electoral, son los irresueltos problemas de pobreza creciente, desigualdad ominosa, corrupción, impunidad, inseguridad y violencia que siguen estando ahí como promesas incumplidas del cambio democratizador las que nos lastiman verdaderamente como sociedad y afectan prácticamente a todas las áreas de convivencia social”, señaló Córdova.
El consejero presidente alertó del riesgo que implica que una eventual reforma político electoral sea impulsada por una fuerza o actor político de cara a las elecciones presidenciales de 2024, que dijo busca favorecerle.
“La aplicación inmediata de una reforma en una elección presidencial, siempre tendrá como incentivo perverso tratar de acomodar las reglas en favor de tal o cual fuerza política o de tal o cual gobierno, con el fin de obtener ventaja de cara a esa contienda, en un sistema presidencial como el nuestro, vale la pena tomarlo en cuenta”, enfatizó.
Durante la presentación del libro “Elecciones, justicia y democracia en México. Fortalezas y debilidades”, sin mencionar nombres, Córdova sostuvo que la reforma electoral que algunos actores políticos plantean, que carezca de consenso de todas las fuerzas políticas, de análisis y beneficio para el sistema electoral, es absolutamente innecesaria e inoportuna.
“Una reforma hecha a partir de los objetivos que solo una de las partes a partir de las filias y fobia que permean en el debate público, de rencores o enconos personales o de partido está condenada al fracaso y será inevitablemente regresiva”, advirtió.
En este mismo contexto, el consejero presidente reiteró que una modificación a la norma en medio de un ambiente de polarización y descalificación sistemática contra quienes piensan diferente y contra la autoridad electoral como el que hoy se vive, con una propuesta impulsada sólo por filias y fobias, se corre el riesgo de que las reglas se conviertan en fuente de descalificación y descontento de los futuros procesos democráticos.
“Una reforma electoral, no es, no puede ser, permítaseme la expresión, un asunto de estómago, sino una propuesta de gran alcance resultado de diagnósticos y análisis ampliamente razonados y de una discusión seria e incluyente, de otro modo, estará garantizado su fracaso”, recalcó el consejero presidente.
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