Pueblos Mágicos, ¿sobrevivirán? /
Por Julian Santiesteban /
El presupuesto para los 121 pueblos mágicos de México regresará, esa fue la promesa que, sin embargo, faltará que se concrete en los siguientes meses, lo que constituiría el único logro de los gobiernos locales en sus gestiones con la administración federal, pues el anuncio lo hizo el mismo titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), Miguel Torruco Marqués.
Este jueves, distintos medios de comunicación publican declaraciones del gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, y varios alcaldes de esa entidad, los cuales señalaron que, en la reunión de la Comisión de Turismo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) realizada antes de la inauguración del Tianguis Turístico de Acapulco, Torruco Marqués les informó que se reintegrará el presupuesto para los pueblos mágicos y que incluso las reglas de operación para acceder a los recursos será publicada en los siguientes días. Habrá que esperar la confirmación de Sectur, pero de corroborarse el hecho, para las ciudades quintanarroenses con esa denominación sería la mejor noticia del año.
Lo anterior porque el gobierno de Quintana Roo anunció la creación de un programa específico para fomentar el desarrollo de infraestructura turística en los pueblos mágicos, con un presupuesto base de treinta millones de peso; si a eso se suman recursos provenientes de la federación, Tulum, Bacalar e Isla Mujeres tendrán un doble impulso para su crecimiento…sólo falta un pequeñísimo detalle, que ambos programas, el federal y el estatal, se concreten.
En los pueblos mágicos de México habitan 6.5 millones de personas, el programa surgió desde 2001, en la administración del presidente Vicent Fox Quesada, con el objetivo fundamental de preservar costumbres y tradiciones, así como la mantener el patrimonio tangible e intangible, logrando con ello que el turismo en Pueblos Mágicos sea una herramienta de reconciliación social; sin embargo, el actual titular de Sectur, Miguel Torruco Marqués, declaró desde antes de asumir formalmente el cargo que el programa se desvirtuó, que se han entregado distintivos a demasiadas poblaciones, lo que hace que el presupuesto asignado no impacte significativamente, pero en lugar de incrementar los recursos, la administración de López Obrador decidió cancelarlos para el 2019. ¿contradictorio no?
Por lo pronto, en el sexenio que corre no habrá más pueblos mágicos y, los que ya existen, seguirán como tales si el presupuesto se reactiva. Para el caso de Quintana Roo, las tres localidades con el distintivo tienen posibilidades de subsistir gracias al programa estatal, pero es evidente que no es el turismo una actividad prioritaria para la cuarta transformación republicana, aun cuando le aporta anualmente a la federación el diez por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB); la palabra la tiene pues Sectur.
COMENTARIO MORBOSO
Con la determinación de centralizar los servicios de salud en las entidades federativas, comenzando por las del sureste mexicano, se da paso a una dualidad administrativa de coordinación entre el gobierno federal y de los estados que tiende hacia la coordinación, más que el arrebato de controlar todo desde el centro de la República, pero necesariamente ocurrirán cambios en las estructuras estaduales que son de llamar la atención.
Primeramente, las áreas responsables de identificar las necesidades y construir la infraestructura del ramo de la salud deberán adecuarse a los procesos administrativos federales o desaparecer –hay ahí aun una indefinición institucional- y segundo, lo mismo ocurrirá con la representación estatal de la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris). En el primer caso, el responsable de la edificación de infraestructura en Quintana Roo es Guillermo Canul Cruz; mientras que, quien se supone debiera prevenir los riesgos de la salud es Miguel Pino Murillo.
Si de resultados se trata, basta revisar el estado que guarda la infraestructura estatal de salud y los señalamientos sobre los operativos de “prevención” de riesgos, pero sobre todo, si de “rescatar” a funcionarios se trata, para que sirvan al “cambio” o la “cuarta transformación republicana”, los indicadores son más que disímiles, veremos en los siguientes meses la determinación tomada; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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