Por Julian Santiesteban
Extraoficiales versiones de las últimas horas indican que otra intentona legislativa está a punto de naufragar, la de determinar que la siguiente gubernatura dure seis años. Las razones no están en la falta de votos en favor, pues los legisladores –casi todos- han mostrado mucho más que disposición a “obedecer.” El motivo tiene que ver con que la ampliación de periodo se ha vuelto indefendible, pues tendrá un profundo impacto a las arcas públicas de más de 200 millones de pesos y, sobre todo generará un desorden político que se heredaría en el 2028, por una decisión que se quiere determinar de un “plumazo.”
La iniciativa, presentada por el diputado priísta Carlos Hernández Blanco –a quien sin duda se le han conocido mejores años-, tiene toda la firma del “poder”, como una “ofrenda” para el siguiente gobernante; pero el problema lo tiene desde el origen, pues argumentar que cinco años (como está determinado que será la siguiente administración, para homologación de elecciones) son insuficientes para alcanzar los objetivos de un gobierno, fortalecen más la idea de que no debiera haber ninguno que dure menos, pero si se rompe la homologación lograda con la reforma del 2017, tendrá que haber una gubernatura de dos años, del 2028 al 2030, derivado de la determinación que ahora quiere tomarse. Como se advierte, la iniciativa es un contrasentido en sí misma.
Más aun, es de reconocerse la gestión de la diputada Reyna Durán Ovando, pues como presidenta de la Comisión de Puntos Legislativos, ha presentado la iniciativa y está pendiente de someterse a votación, a pesar de que, por congruencia, diputados de su fracción parlamentaria mantendrán un voto en contra, pues no se olvide que Eduardo Martínez Arcila, actual presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), en 2017 era presidente de la última y extinta Gran Comisión del Congreso del Estado, y fue el responsable de impulsar la homologación de elecciones. Otro contrasentido pues, que ahora la fracción del Partido Acción Nacional (PAN) votase en contra de lo que, en la legislatura anterior, aprobó.
Así pues, una iniciativa del poder, sin el poder, que sin duda abre los “apetitos”, pero que nadie se atreve a defender públicamente. Por cierto, ninguno de los aspirantes a la gubernatura se ha manifestado públicamente sobre el tema, pero sí lo han hecho en privado, negando –evidentemente- el apoyo a la iniciativa a la que ya le han acomodado el mote de “huérfana”, por varias razones: No tiene “madre” que la defienda, ni “madre” tienen las pretensiones de ampliarse un año de gobierno, generando una profunda inestabilidad política, financiera y, sobre todo, generando un incumplimiento legal de homologar los comicios locales con los federales.
Por cierto, en la dinámica de discusión e intento de aprobación de la señalada iniciativa ha quedado evidenciado el más sucio oportunismo político que, también es obvio, nadie se atreve a reconocer, pero está a ojos vista. Si como está la tendencia electoral, la próxima administración estatal será un gobierno de Morena, ¿por qué el PRI le hace “favorcitos? ¿Por qué los panistas no apoyarán con su voto la iniciativa si, se supone, tiene el visto bueno del poder local? ¿Entonces es real que PRI-PAN-PRD-MORENA-PT están trabajando juntos rumbo a las elecciones del 05 de junio? ¿Qué caso tendría, en ese tenor, que los azules, amarillos y tricolores postularan algún candidato para la gubernatura, si sólo servirá para ratificar el triunfo del de “enfrente”? y sobre todo, ¿sabrán las dirigencias nacionales de dichos partidos, las alianzas locales ya encaminadas?
Como sea, el proceso electoral local iniciará el 08 de enero de 2022, en consecuencia, este viernes 08 de octubre es la fecha límite para aprobar la iniciativa “huérfana”, habrá que ver quién se atreve a defenderla –los “morenos”, seguro lo harán-; pero para el escribiente y, a pesar de que hay quien sostiene que no es el mejor momento político en lo local y de que falta menos de un año al actual sexenio, siguen firmes dos ideas que el escribiente sostiene desde el 2017, cuando apenas estaba por cumplir un año en el poder Carlos Joaquín González: todos los partidos políticos, en lo local, son del gobernador; y Carlos Joaquín regresó al PRI, del cual salió para contender por la gubernatura.
P.D. Le dejo las colaboraciones, una de febrero y la otra de mayo, de 2017. El contexto explica las afirmaciones que, sin embargo, están más que vigentes:
CARLOS JOAQUÍN REGRESARÁ AL PRI https://lagazzettadf.com/noticia/2017/02/01/tiro-piedra-carlos-joaquin-regresara-al-pri/
LOS PARTIDOS DE CARLOS JOAQUÍN https://lagazzettadf.com/noticia/2017/05/29/tiro-piedra-los-partidos-carlos-joaquin/
COMENTARIO MORBOSO
Este viernes, Quintana Roo cumplirá 47 años como entidad federativa, será el último aniversario en el que estará como gobernador Carlos Joaquín González y los actuales diputados y diputadas locales (si es que la entidad tiene la fortuna de no reelegir a ninguno de ellos). Ante los retos del futuro, la transición política en puerta y la enorme necesidad de seguir acentuando la recuperación económica, será interesante estar atentos de los discursos para entender la visión de los que se van, pero sobre todo conocer la “altura de miras” de los que pretenden llegar al poder con el sufragio ciudadano el 05 de junio de 2022, porque también estarán presentes en los eventos conmemorativos.
Recuperar el turismo; comenzar –ahora sí- el desarrollo del sur, fortalecer la identidad de la zona maya, defender el territorio. Sí, a todo sí, pero todo ello lo hemos escuchado antes y, todos, siguen siendo asignaturas pendientes. Comencemos por los “cómos”, porque estamos a 8 meses de elegir al noveno gobierno estatal y aun no hay claridad sobre el mejor proyecto, aunque nombres haya muchos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
Sé el primer en dejar tu comentario de esta noticia