Julian Santiesteban
Mientras en todo México, este fin de semana, se realizaron votaciones en Morena para la elección de sus consejeros estatales y nacionales, en medio de una infinidad de cuestionamientos por añejas prácticas que discursivamente se asevera son del pasado, en Quintana Roo la Cuarta Transformación Republicana dio muestra tangible de que, desde la administración pública, a la entidad ha llegado un proceso de transformación que posibilitará que siga siendo el destino turístico más importante y consolidado de Latinoamérica.
Bien se afirma, y con bastante fundamento, que Morena, más que un partido político, constituye un movimiento, el cual evidentemente no se corresponde con lo anacrónico de las prácticas internas. Este fin de semana, Morena acudió a las urnas para avanzar en la renovación de sus estructuras, con un padrón indefinido y, según dijeron, discrecionalmente depurado.
Fuera quedaron simpatizantes de aspirantes a la candidatura presidencial de 2024, como Ricardo Monreal (quien por cierto difundió que no participaría en el ejercicio porque los resultados estaban ya predefinidos), pero además, quedó de manifiesto que, en la reconformación de la estructura, la calidad de “fundadores” del partido poco o nada sirvió y, representantes de la vieja clase política que migraron de otros partidos a la 4T -ahora que está en el poder-, se aprestan a tomar el control del instituto que gobierna ya tres cuartas partes del país y que, muy probablemente, mantendrá la Presidencia en el 2024.
En ese contexto, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (que pidió dos días antes que no hubiera borregos ni mapaches en el ejercicio partidista, y que por allá en agosto de 2019 dijo que pudiera salir de Morena “si se echa a perder; ver https://www.vanguardiaveracruz.mx/video-amlo-amenaza-con-salir-de-morena-si-se-echa-a-perder/ ), estuvo en Quintana Roo inaugurando los trabajos de obras de gran envergadura; por un monto aproximado de siete mil 260 millones de pesos, lo cual resalta, no sólo porque aliviará problemas viales que el estado arrastra desde hace por lo menos dos décadas, sino porque, en momentos en que el país atraviesa por una escalada inflacionaria que ha obligado a una reducción en la inversión gubernamental y medidas estrictas de austeridad anunciadas durante la semana, en el sureste los recursos siguen llegando.
Mara Lezama Espinosa, gobernadora electa que asumirá el cargo el próximo 25 de septiembre; inicia así una gestión que no estará exenta de estrechez económica y que demandará capacidad para afrontar coyunturas complicadas (además de las estrictamente políticas); pero que, sin duda será más llevadero con el manifiesto apoyo del Ejecutivo federal, por ello es que, más que alabanza frívola, el escribiente destaca la dinámica a contracorriente vivida este fin de semana en lo local.
A nivel país, y en la vida partidista, Morena podrá desgarrarse en aras del reacomodo de grupos que buscan el poder, pero en la administración pública, la 4T se vuelve tangible en los temas que posibilitan que Quintana Roo siga generando empleos, recursos, que tenga crecimiento económico y que, en el corto y mediano plazo, se garantice que los que han nacido aquí, o los que han elegido esta entidad para vivir, podrán tener trabajo e ingresos.
¿Retos y rezagos? Muchísimos, y de los más preocupantes: inseguridad, servicios públicos deficientes o de baja calidad, gobiernos demasiados caros para la ciudadanía y la urgente necesidad de equilibrar crecimiento y desarrollo; pero los pasos se están dando y, parece, que la voluntad está manifiesta también en la acción. Esperemos pues que el partido logre consolidarse, pero si no fuera el caso, exijamos que los gobiernos hagan la tarea para la que fueron electos.
COMENTARIO MORBOSO
Por cierto, en lo estrictamente partidista, este fin de semana Morena evidenció que el discurso de avanzada, de consolidación democrática que se propaga todos los días y que la insistencia de diferenciarse de los demás partidos, procesos y actores políticos “del pasado”, no pasan más allá del discurso, pues el sábado, se denunciaron irregularidades en por lo menos 11 de 20 entidades que acudieron a las urnas y, este domingo, a lo largo de toda la jornada, en las que 12 estados más realizaron el ejercicio, la dinámica fue exactamente la misma, a pesar de que el dirigente nacional del partido; Mario Delgado Carrillo, advirtió que, si ilegalidades como el acarreo, compra de votos y relleno de urnas se comprobaban, las elecciones en los lugares en que ocurrió se anularían.
Cabe decir que, además de esos hechos, a través de redes sociales se difundieron imágenes de enfrentamientos, quema de urnas y adultos mayores que afirmaron que fueron presionados para salir a votar, con la advertencia de que, de no hacerlo, pudieran perder los apoyos que les llegan vía los programas sociales del gobierno federal.
Así pues, si uno de los objetivos buscados era la consolidación partidista con miras a las elecciones del 2024, quedó claro que se generó exactamente lo contrario, la dirigencia de Delgado Carrillo (que concluye en agosto de 2023) quedó aún más debilitada y, con la no participación de Ricardo Monreal Ávila y las quejas de morenistas con reconocimiento nacional, es de pronosticarse que, por muy a modo que puedan definirse los mandos partidistas o las dirigencias estatales, el proceso electoral pudieran tener como consecuencia derrotas en las urnas que hasta ahora no ha tenido ese instituto, gracias por cierto, a la popularidad que mantiene el presidente de la República, ¿pero cuánto resistirá la “ola”? Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
Pd. Lo local no está exento de esas confrontaciones internas silenciosas, parece que los resultados obligarán a un primer ajuste en las expectativas de colocación de actores políticos, atentos a los resultados en los próximos días.
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