8 DE MARZO 2025
Por Danna Felisa Ramírez Saldaña
Este 8 de marzo seguramente algunos medios de comunicación y portales digitales centrarán sus notas informativas y reportajes en los destrozos y en los enardecidos reclamos que se dejarán sentir en las calles y sobre todo en los inmuebles que alojan oficinas de los tres órdenes de gobierno.
Hablarán de la basura, las pintas, ventanales destrozados, que, posiblemente dejen evidencia del enojo de las manifestantes.
En esos medios, en segundo plano quedará el hartazgo que genera la indefensión a que somos víctimas las mujeres en muchos ámbitos, ya que hay mujeres que día a día, viven en una situación de permanente violencia física o psicológica. Muchas mujeres son agredidas sexualmente y no denuncian por su desconfianza hacia el sistema de procuración de justicia.
Cierto, tenemos leyes de avanzada, como la ley general y local de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia e inclusive han dictado la primera sentencia por violencia digital sexual en Quintana Roo, mediante la cual, se ha informado, que el agresor pasará siete años en prisión por haber difundido un video íntimo de su entonces pareja sin su consentimiento.
Pero falta mucho por hacer para forjar un mundo igualitario, libre de violencia y discriminación hacia las mujeres.
Debemos avanzar en el diseño de políticas públicas que tengan un enfoque transversal y de derechos humanos. Tratándose de comunidades indígenas y afromexicanas, debe contemplarse la visión de la interculturalidad e interseccionalidad.
Los programas deben focalizarse para atender, visibilizar y suprimir las causas estructurales y efectos perniciosos de la discriminación hacia las mujeres.
Es fundamental multiplicar las campañas de concientización y sensibilización en los espacios públicos, centrando esfuerzos en los planteles educativos de todos los niveles escolares, así como en las redes sociales.
Evidentemente las niñas y los niños son un reflejo de su hogar. Ahí se deben de concentrar actividades de educación y concientización.
Debemos erradicar el discurso de odio y los estereotipos de género.
Hay mucho por hacer.
Por eso este 8 de marzo no es un símbolo de festejo sino un recordatorio de todas aquellas mujeres y hombres que han levantado la voz para construir un mundo más igualitario.
No es posible que en pleno siglo XXI en México se registren aproximadamente 10 feminicidios al día; que la sobrecarga de trabajo de las mujeres es de cuatro veces más en relación con la de los hombres, situación generada por una cultura patriarcal que hay que desterrar.
Podríamos citar otros datos que reflejan las condiciones injustas en que viven las mujeres, como las indígenas que padecen serias vejaciones a los derechos humanos.
Este 8 de marzo es una oportunidad para reivindicar la lucha de todas las mujeres que seguimos exigiendo un mundo justo e igualitario.
Cada una desde nuestra trinchera debemos alzar la voz para incidir en el diseño de políticas públicas, programas y acciones para derribar las barreras que han impedido la participación de las mujeres en los ámbitos educativo, económico, político, social, cultural, político, entre otros.
Derribemos esas barreras, trabajemos con SORORIDAD para visibilizar y erradicar cualquier tipo de violencia y discriminación, así como las injustas desigualdades económicas, sociales, etc., que todavía padecen miles, millones de mujeres.
Con este enfoque crítico conmemoremos el Día Internacional de la Mujer, que tiene sus raíces en las luchas que han emprendido las mujeres a lo largo de la historia de la humanidad, siendo que hasta 1975 se empezó a conmemorar en la ONU
Este día evidencia que durante siglos las mujeres han luchado por los derechos políticos, económicos, sociales y culturales, para estar en igualdad con el hombre.
Este 8 de marzo de 2025 el lema es: “Para TODAS las mujeres y niñas: Derechos. Igualdad. Empoderamiento”.
De acuerdo con información de la página oficial de la ONU, ese tema “reivindica ampliar la igualdad de derechos, el poder y las oportunidades para todas, con un futuro feminista en el que no se deje a nadie atrás. El empoderamiento de la próxima generación es el núcleo de esta idea, ya que la juventud, en especial las mujeres jóvenes y las niñas adolescentes, serán las protagonista de cambios duraderos en el futuro.
Además, este año marca el 30º aniversario de la Declaración de Beijing, un documento clave en el avance de la igualdad de género que ha conseguido mucho desde su adopción en campos como la protección jurídica, el acceso a servicios, la participación de las mujeres y los cambios en normas sociales, ideas y estereotipos enquistados en el pasado”.
Actuemos e involucremos a medios, gobiernos, líderes de empresas y comunitarios, a la sociedad civil y la juventud, y cualquier otra persona con la capacidad de ejercer influencia y tomar medidas en nuestras comunidades. Pidamos a las personas con liderazgo que tomen medidas e inviertan en la promoción de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Compartamos las historias y los mensajes en torno al Día Internacional de la Mujer en plataformas digitales a fin de generar un diálogo e inspirar la acción” .
Unamos esfuerzos para avanzar hacia la igualdad de hombres y mujeres y desterremos la cultura patriarcal.
Luchemos cada una desde nuestras trincheras para ampliar la igualdad de derechos, el poder y las oportunidades para todas, con un futuro feminista en el que no se deje a nadie atrás.
Notas
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