Por Julian Santiesteban
Cancún, Quintana Roo, está en los ojos del mundo como el destino turístico más importante de Latinoamérica, pero en la semana anterior también lo estuvo por la terrible represión a manifestantes que demandaban actuación efectiva de sus autoridades policiacas…y recibieron balazos. Los altos mandos fueron destituidos y se están nombrando sustitutos, pero lo que debe atenderse es el fondo, no la forma y, aún está pendiente, que las autoridades aclaren si será en la esperanza del llamado “mando único” que depositarán los esfuerzos para combatir a la delincuencia en los menos de dos años que le quedan a la administración de Carlos Joaquín González.
Porque Alberto Capella Ibarra, ex titular de Seguridad Pública quintanarroense, aún deberá comparecer ante el Congreso del Estado para informar sobre el último año de su gestión y, ante la creación de una comisión especial que investiga las agresiones a manifestantes que demandaban justicia por los feminicidios que ocurren en la entidad, también deberá explicar las instrucciones que él recibió del gobernador, la manera en que las transmitió a sus subordinados y los elementos que han identificado como omisos en la obediencia de la orden dada. Y aunque todo indica que Capella Ibarra no acudirá al Legislativo, esta semana los diputados locales lo citarán.
Pero el destino de Capella Ibarra no está ligado ya al de Quintana Roo, y por ello lo primordial ahora es conocer las acciones que se llevarán a cabo, recalcando que, hacer lo mismo, con los mismos elementos, con la misma estrategia, en los mismos tiempos, con el mismo equipamiento y con la capacitación gradual como se ha hecho, llevará a tener exactamente los mismos escasos resultados. El escribiente recalcó mucho antes de la salida del “Rambo de Tijuana”, que el cambio de titular, en sí misma, no es una solución. Debe ser apenas el primer paso para realizar las modificaciones necesarias, en la recta final de la administración.
Intentar colocar la idea pública de que Lucio Hernández Gutiérrez, su sustituto –ojalá- temporal fue avalado desde la Presidencia de la República para ocupar el cargo, deslindándolo de la influencia de su antecesor, que fue el que lo trajo a Quintana Roo, parece una jugada de doble propósito, porque lo mucho o poco que se logre se transmite en “culpas” también al gobierno federal, pero por muy “ingeniosa” que parezca, de origen es fallida, porque la estrategia, planes, programas y proyectos específicos se desarrollan en lo local, coordinadas ciertamente con un programa federal, pero con las particularidades para cada entidad, así que, esperamos pues las designaciones, pero también las modificaciones en la dinámica.
Por cierto, analistas locales han destacado los desencuentros entre el gobernador del estado y la alcaldesa de Benito Juárez, Mara Lezama Espinosa, por la designación de Seguridad en ese municipio, pues luego de que trascendiera que sería Bibián Castillo Dzul la “ungida”, no tardó la reacción de diferentes actores que recordaron los señalamientos reiterados por corrupción que le anteceden. Por cierto, el apoyo para la ex delegada del Instituto de Movilidad en la zona norte, venía del gobierno estatal, pero aun así no se concretó la designación.
Será la Secretaría de Marina la que proponga al próximo titular de la seguridad cancunense; recientemente ocurrió algo similar en el municipio de Isla Mujeres –vecino de Benito Juárez-, con la designación del capitán de navío Eduardo Fouilloux Bataller; apenas en agosto pasado, cuando ya desde el centro del país se tenían dudas sobre el desempeño de Capella Ibarra y sus allegados, esos nombramientos sí son claros ejemplos de apoyos desde el centro.
Por último, cabe decir que a finales de la semana pasada un periódico nacional publicó que a Capella Ibarra lo estaría buscando el gobierno de Estados Unidos por su vinculación con la delincuencia organizada, en lo local ha trascendido que, quien investigará su desempeño es Zuleyma Sánchez Pineda, directora de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública; con el “pequeño detalle” que la funcionaria es una más de las llegadas con el ex secretario, traída ex profeso desde el Estado de Morelos; así que, aunque puede advertirse el resultado de la “investigación.” Si se llevan al “Rambo” al país del norte o si remotamente ocurriera que lo sancionan en lo local, lo importante por ahora es saber qué se hará diferente para que los resultados también lo sean; o nos preparamos para seguir igual de mal.
COMENTARIO MORBOSO
El vocero del gobierno de Quintana Roo, Eduardo Orvañanos Rea, anunció que Alberto Capella Ibarra “muy probablemente” ya no regresará al cargo de secretario de Seguridad Pública. Con ese solo anuncio se generó la expectativa de que, ahora sí, el interinato de Lucio Hernández no pase de eso, y se avance hacia una reconciliación social, con la designación de algún ciudadano quintanarroense como titular del ramo.
Y tal vez sea momento también de voltear a ver a las instituciones que forman a los profesionales en seguridad, a quienes día a día aportan experiencia académica y de campo. Capella Ibarra reconoció no ser policía de carrera y le dieron la responsabilidad más alta en dos entidades federativas. Los resultados están a la vista en Morelos y Quintana Roo, pero en esta última hay en la Universidad de Quintana Roo una licenciatura en Seguridad y, en ella, académicos que se esfuerzan por abatir improvisaciones como las del “Rambo”, que han dado más preocupaciones que buenos resultados.
José Luis Alamilla Baños, fue policía federal de caminos, egresado allá por los años 80 del siglo pasado en el entonces Distrito Federal y luego tuvo cualquier cantidad de años de servicio. Se formó además como profesional asociado y licenciado en Seguridad Pública; pero sobre todo, tiene una maestría en educación, que le ha servido para transmitir práctica y teoría a los estudiantes de la máxima casa de estudios de Quintana Roo. Luego entonces, profesionales quintanarroenses sí hay, sólo hay que voltear a verlos. Es momento, por lo menos en la recta final, de voltear a ver a los que siempre debieron ser prioridad, los quintanarroenses, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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