Julian Santiesteban
Con 27 días de campaña por transcurrir y con la ventaja que las mediciones muestran en favor de la coalición Juntos Hacemos Historia, en Quintana Roo parece predefinido el resultado de la elección de la novena gubernatura.
No se trata de desestimar el poder de decisión de cada elector que emitirá su sufragio ese día; por el contrario, es justamente ese el factor que el escribiente toma como punto de partida para la afirmación hecha, porque las encuestas, se supone, se componen de las respuestas dadas por personas cuestionadas sobre sus preferencias y, hasta ahora, no ha habido un solo ejercicio demoscópico que muestre siquiera un resultado cercanamente diferente a las tendencias en favor de los “guindas.”
No se soslaya tampoco el hecho de que las encuestas se han convertido más en un elemento propagandístico que en una herramienta para la toma de decisiones, pero el caso es que, aun cuando la afirmación de que, las mediciones muestran como ganadores a los financiadores de las mismas; ¿entonces por qué los adversarios de la 4T no han mostrado las suyas, en las que los resultados favorezcan al “panrredismo” o a Movimiento Ciudadano (MC) o alguna otra opción? Las respuestas son bastante simples: o no hay empresa que se atreva a “torcer” tanto los resultados aun con el pago de por medio; es decir, por más “ayuditas” que se den, la diferencia es abismal; o los candidatos y candidatas rivales de Morena y sus aliados, han optado por una competencia limpia, sin “intento de engaños”… aja.
Y si, ciertamente, la difusión propagandística de más de un centenar de encuestas, desde mucho antes que inicie el proceso electoral, seguramente busca el efecto “carro de arrastre” (bandwagon, en inglés), que es aquel fenómeno en que el ciudadano opta por votar por el candidato que mayores probabilidades muestra de triunfo, aun cuando no comulgue con su proyecto, pero entonces es claro que los demás no tienen mediciones para buscar lo mismo en su favor, hipótesis que se comprueba con las mismas declaraciones que en dos ocasiones ha hecho ya el dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, al llamar a los candidatos rivales de Morena a sumarse al proyecto de Laura Fernández Piña, para “intentar” ganarle a la 4T ¿No es eso acaso un reconocimiento de que van perdiendo y que sólo juntos pudieran sumar votos para acercarse a los “guindas”? Nótese que ellos lo dijeron.
En números, la intención de voto para Mara Lezama Espinosa, en promedio en las encuestas, es de 45.26 por ciento; seguida de Fernández Piña con un lejano 19.43 por ciento; nótese pues que la diferencia es de 25.83 puntos porcentuales. Con 27 días de campaña (termina el miércoles 01 de junio para entrar al “periodo de reflexión”), la morenista tendría que perder un punto diario o la perredista ganarlo en la misma proporción y, aun así, se llegaría a la jornada electoral en empate.
Aun así, la medición definitiva será el día de la jornada electoral, por ello los y las ciudadanos/as deben recordar que cada uno tiene la posibilidad de transformar su entorno, eligiendo al proyecto que considere más adecuado para gobernar los próximos cinco años; y para normar su criterio puede echar mano de los ejercicios de debate que habrá el 09 de mayo y el 21 del mismo mes; el primero organizado por la Coparmex y, el segundo, por el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo). Ojalá que cada uno de los y las aspirantes entienda su realidad y haga lo necesario para mantenerla o modificarla, el tiempo apremia y las oportunidades de obtener adeptos se agotan.
COMENTARIO MORBOSO
Un terrible error de cálculo ha resultado la intentona de la candidata del “Panredismo” a la gubernatura, Laura Fernández Piña, para que el “dueño” del Partido Verde Ecologista (PVE), Jorge Emilio González, sea sancionado por violencia política en razón de género, a propósito de un audio difundido, en el que se escuchan ofensas en contra de la entonces diputada verde.
La Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) determinó no conceder la medida cautelar solicitada, y contrario a lo que esperaba la candidata PAN y PRD, el órgano deliberativo determinó que no se aportan elementos de certeza para asegurar que el que habla es el acusado; y, además, la grabación fue obtenida como producto de un ilícito, el de intervenir líneas telefónicas para el espionaje; de plano, se le está volteando en el “chirrión por el palito.”
Si se considera que la candidata ha sido cuestionada por el manejo de recursos económicos cuando fue presidenta municipal de Puerto Morelos y además la actual munícipe, Blanca Merari Tziu, ya aseveró que le aplicarán la ley por no entregar más de 50 millones de pesos, pues el mejor de los escenarios para Fernández Piña será no llegar al día de la elección vinculada a proceso; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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