Julian Santiesteban
“Soy una mujer que no guarda rencor, ni resentimientos.” Parecía una frase al aire, parte del llamado a la concordia y el diálogo, al esfuerzo colectivo para el desarrollo de Quintana Roo. Era, en suma, Mara Lezama Espinosa, en la explanada de la bandera de Chetumal, en su toma de protesta. Pero el redactor de ese discurso, supo exactamente el “dardo” que debía lanzar y el momento, fue la “flecha” que dio en la columna vertebral de la administración de Carlos Joaquín González, que terminó el domingo a primera hora.
Los discursos de la mandataria –el del Congreso, al tomar protesta; y el de la explanada, en su mensaje a los quintanarroenses- transitaron entre la propuesta y el llamado al trabajo de todos, de los “lugares comunes” como la promesa de mejores estadios de vida y beneficios para todos, al señalamiento entrelíneas y las generalidades a la hora de hacer referencia a la corrupción del pasado y los gobiernos que, en 48 años de Quintana Roo como entidad federativa, no han dado los beneficios a los que se han comprometido, muy por el contrario, aprovecharon el acceso al poder para el disfrute personal de los que lo detentaron.
Sin hacer referencia a alguno en concreto, lo cierto es que Lezama Espinosa los “raspó” a todos, pareciera que en el discurso “diluyó el golpe” y la crítica, mostró firmeza en la toma de decisiones. “Estoy aquí, hablándoles de frente, como debe hacerse”, dijo. Ha propuesto, por cierto, la creación en lo estatal de dos instancias que tienen un referente nacional, una secretaría del Bienestar y un centro abastecedor de productos básicos a bajo costo. Nadie, dijo, debe carecer de lo indispensable como los alimentos. La administración que inicia, como la de sus 21 homólogos morenistas que regirán los destinos de entidades federativas antes de que concluya el 2022, estarán basadas en los beneficios de los programas sociales federales, sus proyectos emblemáticos y la imagen presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Al final, es el momento de aprovecharlo. Lo interesante, son justamente esas instancias estatales a crearse. Habrá que estar atentos.
Volviendo al “dardo envenenado” en el discurso de la gobernadora, vale recordar que la administración que apenas concluyó adoptó el concepto de “cambio” como eje central de sus acciones y el “salir adelante” como objetivo a alcanzar socialmente, pero en el cierre de la misma, ni cambio ni salida hacia adelante (dicho esto, tanto por aliados políticos como opositores, recuérdense las posturas legislativas, en el sexto informe del ahora ex gobernador). Pero hubo un dato acaso implícito en el gobierno de Carlos Joaquín González que, a la postre, magnificó el fracaso y acentuó entre la ciudadanía la idea de que no se combatió a la corrupción –por incapacidad, complicidad o ambas-; y es que se prometió regresar unos once mil millones de pesos a las arcas públicas, además de las reservas territoriales de las que se apropiaron los políticos durante la administración de Roberto Borge Angulo. Pero en realidad, se trataba de una persecución selectiva, basada al parecer, precisamente en el odio y el resentimiento.
A la postre, los principales artífices del quebranto económico están libres, los logros en la recuperación de lo robado son pírricos y el discurso de los que ahora regresan es que fueron perseguidos por diferencias políticas llevadas a lo personal. Con razón o sin ella, la administración de Carlos Joaquín González concluyó y ni sanciones a los quebrantos ni regreso de recursos…y de resultados…en otro momento.
Y así, queriendo que no, Mara Lezama Espinosa fue clara al señalar que no hay tiempo que perder, su administración será de cinco años y recalcó que no fallará a la encomienda (aunque también, en su momento, Roberto Borge Angulo prometió ser el mejor gobernador de Quintana Roo. Hoy está preso). Una acotación importante, que no haya rencor ni resentimientos no implica que no se revisen cuentas. Pero eso sí, marca la decisión de una profesional, que no antepone lo personal en el ejercicio público. “No somos iguales”, señaló Mara Lezama en una generalidad que, si se considera esa flecha lanzada, más que ser parte de un discurso repetido a nivel presidencial, permite desmarcarse de sus antecesores en lo local.
Luego entonces, la vara muy alta será precisamente no ser igual –en lo malo- a los ocho gobiernos estatales que ha tenido Quintana Roo, y que la revisión a las cuentas no sea una cacería ni venganza, pero tampoco con omisiones y complicidades, pues eso dejaría desde el primer tramo, a su administración como una más. No somos iguales, ni venimos con rencores ni resentimientos, sería acaso la idea construida. Que así sea, para bien de todos.
COMENTARIO MORBOSO
Antes de la toma de protesta, el viernes pasado, Mara Lezama Espinosa, presentó en Chetumal a los primeros integrantes de su gabinete. Se cuidó el evento. Los personajes presentados ya habían sido manejados en días anteriores, pero falta conocer en los siguientes días las posiciones que tomarán los personajes que causarán polémica; los espacios cedidos por negociaciones políticas. Lo visto hasta ahora, muestra rostros nuevos sí, oportunidades de primer nivel a jóvenes. Falta aún la identidad, en la semana que inicia habrá nuevas designaciones, a partir de entonces y en la integralidad podrá analizarse la homogeneidad.
Y no es que sea deseable, pero en las administraciones anteriores –justo en la que termina- la suma de grupos impidió la consolidación, en infinidad de ocasiones se vio a un mandatario esforzarse casi solo, “sacando el pecho” para defender a algún miembro de su gabinete, mientras que en el equipo de trabajo la confrontación de facciones caracterizó la actividad pública. Lo “De la Luz” contra todos. Ojalá que, la firmeza discursiva que este domingo se vio en Mara Lezama Espinosa, ataje toda posibilidad de guerras intestinas y ataques soterrados, para dar cauce a una administración a la que le urge demostrar que será diferente, con los principios de la 4T; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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