El Minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Aunque aún no inician de manera formal, las campañas por el gobierno de Quintana Roo tanto la de la coalición PAN-PRD como la de Movimiento Ciudadano comenzaron a enrarecer el ambiente electoral; le dan a este un tufo de pudrición y opereta, pues sobre sus candidatos hay denuncias que, antes que a ocupar algún puesto, los pudieran llevar a los tribunales.
Lo que los arqueos han hallado sobre la administración de Laura Fernández, la exalcaldesa de Puerto Morelos hoy candidata de la alianza, hablan de un irregular manejo de los recursos públicos. Se le acusa, nada menos, que de la quiebra del municipio. Esa alcaldía tardará mucho en recuperarse, sobre todo porque se comprometió el futuro financiero de la comunidad.
Blanca Merari, la nueva alcaldesa, denunció recién que su antecesora otorgó contratos a la empresa Mexiled, propiedad de Carlos Alberto Moyano, esposo de la exedil, para el alumbrado público municipal por veinte años, con pagos de dos millones de pesos al mes. La empresa ha sido denunciada por fraude en Jalisco y Veracruz. Buscan amparase para seguir con el negocio.
La candidatura de Roberto Palazuelos por el Movimiento Ciudadano, generó una crisis dentro del propio partido. El lograr curules en la próxima legislatura estatal, meta de Dante Delgado, su dirigente, ha sido censurada por líderes naranjas, pues el actor lejos está de las líneas políticas del instituto; al contrario, dicen, “da la idea de lo que no somos, y eso es hasta contraproducente”.
Puertas fuera del partido, y dejando de lado las muchas denuncias contra el divo, su entrada a la lid electoral resta seriedad a la misma, y no por actor, sino por el oportunismo que acusa. Para él y sus tutores, el Estado no es digno de respeto; para ellos, Quintana Roo es una forma más para llenarse los bolsillos, que el destino de sus casi dos millones de habitantes, no importa…
Por ventura, ni Laura Fernández ni Palazuelos tienen oportunidad alguna de llegar a la gubernatura, por más que en los medios una diga que “va en serio” y el otro afirme que quiere “un Quintana Roo para todos”. Los sondeos señalan que, en los municipios donde viven, ni una ni otro, hoy, podrían ser siquiera regidores. Es cosa de preguntar a la gente de Puerto Morelos o de Tulum.
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