Hoy en Quintana Roo se desarrolla el proceso electoral para la renovación, entre otros, de los 11 Ayuntamientos y del Congreso del Estado, en él vemos nuevamente (porque no es la primera vez que sucede en el Estado,) la figura de la Reelección.
En términos prácticos consiste en la posibilidad de volver a elegir a las personas que ocuparán los cargos en los Ayuntamientos y en el Congreso, es decir, que quien haya desempeñado algún cargo de elección popular, puede contender nuevamente por el mismo.
Esta forma de participar que nació en la reforma político electoral del mes de abril del año 2014, a nivel federal y en la que se estableció que podrían reelegirse Senadurías y Diputaciones federales y, a nivel local, definió que los miembros de los Ayuntamientos podrían reelegirse hasta por un período más, siempre y cuando el mandato no fuera superior a 3 años y en el caso de la Legislatura local hasta por cuatro períodos consecutivos, otorgando libertad configurativa a los Congresos locales para su regulación.
En este sentido, Quintana Roo, no fue la excepción y en el año 2015 se realizó la reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo, y posteriormente a la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales en donde se contempló dicha figura, señalando que las y los integrantes de los Ayuntamientos y Diputaciones locales podrían reelegirse hasta por un periodo más, estableciendo las condiciones para tal efecto, como por ejemplo que fueran postulados por el mismo partido político.
En el actual proceso electoral 2024, 11 de los 25 Diputados de Mayoría Relativa y Representación Proporcional, y 8 de 11 Ayuntamientos, buscan el voto para permanecer en el cargo a través de esta figura.
Pero más allá de los números, que sin duda son relevantes, es importante preguntar: ¿qué impacto tiene en la vida electoral esta figura?; ¿qué papel vamos a jugar los ciudadanos, mismos que tenemos derecho a elegir, a votar y a decidir?
De ahí que, la idea de la reelección traiga consigo la necesidad de calificar el trabajo realizado por estas personas, las promesas cumplidas, los avances obtenidos, y por supuesto la empatía que se logró para con el electorado durante su gestión, pero no son solo esas las premisas, sino también el partido que los postula y la relevancia que se les da.
Las y los ciudadanos jugamos un papel fundamental, somos quienes podemos, tenemos y debemos valorar si quien nos pide el voto, cumple con nuestras expectativas, si trabajó o no lo hizo, si tomó en cuenta las necesidades del electorado en la aplicación de la ley y también las políticas públicas para mejorar el ámbito geográfico que le toca representar o Gobernar, pero sobre todo si motiva la participación política, con el fin de que las y los ciudadanos que quieran continuar sirviendo a un País, Estado o Municipio, se sientan comprometidos no solo durante las campañas sino después de ellas.
Sin duda es el tiempo y el momento importante para hacerse presente. Pensemos hoy: ¿Reelección sí o no?
Nos leemos pronto.
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