Por Néstor Eduardo
¿Representa el feminicidio de la joven Alexis una oportunidad real de cambio para el Estado Mexicano?
Nuevamente, con dolor en nuestros corazones, acudimos como sociedad civil llena de indignación a tomar las calles y las Plazas Públicas, para exigir se garantice el derecho a la vida de las mexicanas y los mexicanos. Especialmente pedimos, que cese el ataque constante contra nuestras madres, mujeres, amigas, hermanas e hijas en su carácter de feminicidio. Apelamos a la solidaridad de todos los mexicanos, para suplicar, si es preciso, a los gobiernos municipales, estatales y federal que se revisen y reestructuren los protocolos y actuación de todas las corporaciones policiales, así como de las fuerzas armadas en funciones de seguridad pública.
Queremos que la muerte de Alexis, no se convierta en una cifra más de una cadena infinita de feminicidios, de homicidios de género, de crímenes de odio hacia nuestras mujeres. Queremos que ninguna hija, hermana, mujer, madre, abuela muera por algún tipo de violencia de conotación misógina. Consideramos que el caso de Alexis no es muy diferente al de Cintya Elizabeth de San Luis Potosí o al de Ingrid Escamilla de la Ciudad de México. No hay un feminicidio que sea más abominable que otro. Lo dramático de todo esto sería que Alexis se olvidase sin consecuencias de cambio reales, advertimos que la violencia en México es sistemática, cotidiana y está siempre latente. Para evitar que Alexis se convierta en una estadística, en una especie de catarsis y que en unos meses sea presa del olvido, exigimos que esta tragedia se convierta en una oportunidad, en un punto de inflexión en la forma y en el fondo de la política de seguridad púbica del Estado Mexicano.
Los hechos ocurridos entre los días 7, 8 y 9 de noviembre en Cancún, denotan de manera clara y evidente, que nuevamente las autoridades gubernamentales están profundamente rebasadas por ésta y muchas otras problemáticas sociales. No entienden, que no saben, que no saben. Tienen un velo en los ojos que les impiden identificar un fenómeno que no es que esté descomponiendo el tejido social, sino que estamos presenciando un claro fenómeno de destrucción social en México dado el incremento de feminicidios en 150% en los últimos 6 años.
Desde la declaración de la Guerra contra la Delincuencia en el 2006, los gobiernos de México han estado acelerando este proceso de destrucción social. Son ustedes, la clase política de México: autoridades, legisladores y jueces de las diferentes jerarquías de poder, los protagonistas de una estrategia que ha convertido a nuestro país en un inmenso panteón, por incompetencia, por omisión, o en el peor de los casos, por complicidad con los grupos criminales que hoy día cohabitan con los cuerpos policiales del Estado Mexicano.
Ese es el diagnóstico que no quieren ver, y que no quieren oír: que hoy día en México existe un NARCOESTADO, una abierta complicidad entre la delincuencia organizada y los cuerpos policiacos y de administración y procuración de justicia. Son a todas luces evidentes los altos niveles de corrupción de las policias a lo largo y ancho del país. Corrupción que no sólo trunca toda posibilidad de justicia, sino que propicia un proceso gradual y continuo de destrucción social que va devorando toda la cadena institucional de seguridad del Estado Mexicano: pasando por Policías, Agentes Ministeriales, Ministerios Públicos, Jueces, Centros de Reinserción y Readaptación Social y Penitencierias.
Hoy queremos alzar la voz, y hacerle llegar un mensaje a toda la élite del poder en México: que como sociedad no estamos hartos, sino lo que le sigue, de su ineficacia, de su corrupción y de su ambición por el poder y el dinero. Queremos decirle a nuestras autoridades, que hechos como el de Alexis nos ponen al punto de quiebre. Nos indiga, enferma y lesiona como pueblo de México el clima de inseguridad, violencia y corrupción que hacen posible que éste tipo de feminicidios sigan tomando lenta y paulatinamente el inconciente colectivo de los mexicanos. No queremos que estos crimenes ni el fenómeno de la violencia sigan siendo situaciones inevitables y cotidianas que tengamos que padecer en nuestras vidas. Queremos vivir en paz y marcar un parteaguas en la estrategia de seguridad del Estado Mexicano.
El fenómeno de la violencia en México, que es multifactorial por un largo rezago y deterioro institucional, se ha convertido en una espiral vertiginosa de la cual las autoridades no podrán resolver sin la participación de la sociedad civil organizada. Exigimos se nos escuche y se nos tome en cuenta. Exigimos foros de discusión con integrantes de la sociedad civil y con expertos para replantear los fundamentos de la estrategia de seguridad pública. Exigimos la realización periódica de examenes de control de confianza de todo funcionario y servidor público que participe en funciones de seguridad pública y de procuración y administración de justicia. Exigimos se establezcan pruebas poligráficas a todos los policías del país de manera periódica para depurar a quienes se dediquen a delinquir desde la protección e impunidad que les brinda el Estado. Exigimos se depure a los agentes de tránsito extorsionadores. Exigimos se depure a los policias delincuentes, represores y violadores de derechos humanos. Exigimos se depure a comisionados de Derechos Humanos cómplices u omisos. Exigimos se depure a agentes ministeriales a los ministerios públicos y a jueces corruptos, exigimos se depure a directores de CERESOS y custodios complices, torturadores y corruptos. Exigimos se depure a militares y marinos corruptos, represores y cómplices de los carteles de las drogas, y se elimine el fuero militar. Exigimos de depure a politicos ladrones y ambiciosos vulgares, cuyas carreras políticas son financiadas por la delincuencia organizada. Exigimos se deje de robar y reprimir con las armas y los instrumentos del Estado a la población civil.
Finalmente solicito a los presentes, despidamos con un fraterno y caluroso aplauso a Alexis y a todas las víctimas de la violencia en México, que al 30 de junio de este año sumaron la deshonrrosa cifra de 17,982 muertas y muertos, de los cuales 489 fueron feminicidios, son 100 asesinatos diarios, un incremento del 7.7% en 6 meses. Oremos porque sus almas encuentren la paz, y por la oportunidad que tenemos de estar reunidos exigiendo justicia y un nuevo pacto social entre las fuerzas de seguridad pública del Estado Mexicano y la sociedad civil.
Por NÉSTOR EDUARDO opinionpublicaydebate@gmail.com
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