A Tiro de Piedra
Por Julian Santiesteban
Cuando el Huracán Grace está por llegar a los litorales quintanarroenses, luego de la “borrachera” de las elecciones de julio pasado y entretenidos todos como andamos con la pandemia de Covid19, viene a la memoria colectiva uno de los pendientes más significativos en caso de que haya fenómenos climáticos que afecten la infraestructura pública o privada en este país: El Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) desapareció y no hay, hasta ahora, ninguna instancia que pueda atender dichas situaciones, pero sobre todo, no hay presupuesto alguno que pueda utilizarse en caso de que la desgracia llegue…ojalá que nada ocurra.
Sí, el Fonden fue un excelente negocio para una clase política de la peor ralea, acostumbrada a hacer de los presupuestos públicos inmensas fortunas privadas, sobre todo, por la discrecionalidad con que se utilizaban los recursos, obligados por la emergencia –real o ficticia- que posibilitaba a las entidades federativas a asignar obras y contratos sin licitación y de manera directa, por lo que se hizo costumbre también, en lo que a Quintana Roo se refiere, que a la primera llovizna las declaratorias de emergencia se hicieran y se magnificaran los hechos como si del diluvio bíblico se tratase. Correcto, pero también hubo terribles tragedias reales que quedaron atendidas “a medias”, dejando deudas totales por trece mil 123 millones de pesos.
La destrucción en el sur quintanarroense por efecto de lluvias en el 2019, las afectaciones estructurales por el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México o Oaxaca, sólo por mencionar algunos, son temas que dejaron de atenderse por el Fonden, y aunque se aprobó su desaparición desde diciembre de 2020, apenas el 21 de julio pasado quedó formalmente extinguido. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) especificó que será ahora la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana la instancia que deberá emitir el marco normativo para la conducción y ejecución de las políticas y programas de prevención, auxilio, recuperación y apoyo a la población en situación de desastre por medio de la Coordinación Nacional de Protección Civil. Muy bien… sólo que todo ello será hasta el 2022. Ojalá que la tragedia no llegue en el presente año.
Ahora bien ¿y si hubiera afectación? El gobierno quintanarroense dijo estar preparado con un fideicomiso estatal y un fondo emergente creado para este tipo de situaciones, así lo informó Yohanet Torres Muñoz, titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) –por cierto, qué calladito se tenían la existencia de esa reserva-; el DIF estatal dijo tener nueve mil despensas para atender a población vulnerable y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la de Marina (Semar) desplegarán el apoyo acostumbrado (muy eficiente por cierto). Hasta ahora, no hay previstos cierres de aeropuertos, hay más de 120 mil turistas vacacionando en Quintana Roo y para ello se han activado las plataformas digitales para su localización efectiva. Sí, pero todo lo que se refiera a rehabilitación de infraestructura, deberá surgir de presupuestos extraordinarios, como ya estamos desde hace un año y medio con la atención a la pandemia del Covid19.
Por cierto, de las medidas positivas que pudieran aducirse con el nuevo fondo que será presentado en 2022, está el que las entidades federativas no recibirán recursos en efectivo, sino solamente en especie; de hecho, este lunes se publicaron los lineamientos del Programa para la Atención de Emergencias por Amenazas Naturales y entraron en vigencia el martes. En dicho programa se establece que, a partir de la declaratoria de emergencia, las entidades federativas recibirán paquetes de apoyo básico, que consta de 10 tipos de alimento, abrigo y agua.
Según el coordinador estatal de Protección Civil, Adrián Martínez Ortega, se deja fuera de la operación logística a los organismos locales, por lo cual protestarán esa determinación federal; pero el asunto de fondo sigue siendo el mismo: partida presupuestal no existe, hay lineamientos, se están afinando los procesos administrativos y se están definiendo responsabilidades administrativas y de niveles de gobierno, pero no hay presupuesto; como puede verse, la emergencia llegó junto con la normatividad; ojalá que Grace, como huracán o tormenta, no represente una dolorosa “curva de aprendizaje”, y que las afectaciones –si llegan- no queden en el olvido, porque los que siempre pagan son los de a pie”, total que ya es costumbre.
COMENTARIO MORBOSO
Las primeras reuniones para constituir una mega coalición de partidos políticos para competir contra Morena y sus aliados en el 2022 comienzan a realizarse; y aunque hasta ahora a los “guindas” se les ve como favoritos para quedarse con la gubernatura en 2022, son los propios errores y divisiones los factores que están poniendo en riesgo el triunfo, sea por la soberbia de no “dejarse ayudar” entre ellos, sea por los apetitos personales de aquellos que sólo están dispuestos a construir, si el proyecto se circunscribe a las propias aspiraciones.
En esa circunstancia, parecía que nada pondría en riesgo el triunfo de la 4T en Quintana Roo, pero por estadística pura, si una escisión de Morena llega al PAN-PRD-PRI, sobre todo un proyecto que no esté tampoco peleado con el régimen federal, el triunfo es posible. ¿Ejemplos? El más claro es el actual gobierno de Quintana Roo, pues en 2016, el entonces presidente Enrique Peña Nieto apoyó a dos candidatos, el del tricolor y el actual mandatario, Carlos Joaquín González, ¿qué les hace pensar que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, no tiene un pensamiento estratégico similar? Él ya está en el gobierno, parte de su labor es pactar con todos los actores y partidos, en aras de garantizar gobernabilidad.
Así, mal harían los y las “guindas” en insistir en la defensa a ultranza de un solo perfil, pero sobre todo de no ver el escenario completo, pues la cortedad de miras, generalmente conduce a errores de proyección. La moneda, más que nunca, está ahora en el aire. Por cierto, ha notado el lector que incluso muchos analistas han matizado su radicalización, con respecto a la postulación única de algún personaje rumbo a la gubernatura. Se le llama “instinto de supervivencia”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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